Antu Ruca

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Inti-Huasi San Luis

PEDAGOGÍA TERAPÉUTICA CON LLAMAS (El camino del pastor)

En el año 2004 comenzamos nuestro trabajo con llamas. En primer lugar desarrollamos un emprendimiento productivo, partiendo del vellón obtenido de la esquila, luego manufacturando hilo, ya sea con huso o rueca y finalmente tejiendo prendas en lana de llama en las diferentes técnicas conocidas.

 

 

Gracias a nuestra profesión, desarrollada en el ámbito de la educación y educación especial, hemos aprovechado los recursos y posibilidades terapéuticas que tanto el hilado como el tejido ofrecen, trabajando con niños, jóvenes y adultos necesitados de cuidados especiales en talleres terapéuticos y talleres de producción durante más de 25 años.

 

POR QUÉ LLAMAS?

 

La llama es un animal atento a su entorno, curioso, manso por naturaleza, confiado y temeroso a la vez; características que hacen posible el desarrollo de un vínculo con quien se le acerca. Históricamente trabajaron junto al hombre, colaborando con las civilizaciones americanas originarias. Es capaz de aprender a partir del vínculo, como el perro, como el caballo. Para los Incas eran animales sagrados. Desarrollan una relación naturalmente buena con la tierra y con su entorno, no rompen ni quiebran el pasto al caminar debido a las almohadillas que poseen en sus patas, no lo arrancan al cortarlo y ayudan en la recuperación de pasturas maltratadas.

 


Su mansedumbre y su carácter ambivalente (entre la curiosidad, confianza y el temor), proponen para quienes nos acercamos a ellas la construcción cuidadosa y paulatina del vínculo, posibilitando una relación que se hace indispensable trabajar, cultivar, cuidar y comprender.


Es un animal que está especialmente despierto y atento a lo que ocurre en su entorno, tiene una capacidad de “atención flotante” que cautiva al observador. Sus sentidos, especialmente vista, olfato y oído, se hallan muy “a flor de piel”, particularmente extrovertidos.

 

 

 

Son receptivas al lenguaje gestual desde distancias considerables, perciben y comprenden direcciones y límites de contención marcados desde el gesto a la distancia, con los brazos y las manos.
Al igual que otros animales, poseen una fuerte conciencia de tropilla, que nos enseña el modo de comportarnos y movernos frente a ellas. Ellas mismas nos sugieren como nos debemos acercar.


 

Tienen una forma de comunicación muy característica por su dulzura; cuando nos hallamos en medio de una tropilla, podemos percibir un sonido suave “mmm” que circula horizontalmente atravesando a todos los integrantes e invitándonos a participar de una vivencia de amplia tranquilidad y mansedumbre.


Son, como todos los animales gregarios, muy dependientes de los ritmos diarios: repiten rítmicamente sus rutinas y sus conductas varían de acuerdo a la estación del año, según horarios de luz, temperatura, pasturas y agua.
Resulta notable observar los rituales de bienvenida y de despedida de algún miembro de la tropilla, durante los nacimientos y las muertes de sus integrantes.

 

 

Para acercarnos, debemos hacerlo desde el nivel de su mirada o por debajo; por ejemplo, cuando nos sentamos en el suelo, generamos mayor confianza y permitimos que ellas se acerquen espontáneamente.


Las posturas de sus orejas nos hablan de los diferentes estados de ánimo: curiosidad, enojo, temor.


El patrón homolateral establecido para su caminar les da una plasticidad y armonía muy especiales, es un animal elegante por naturaleza, a veces, majestuoso.


La búsqueda de contacto es todo un proceso en sí mismo, hasta que la llama se deja tocar; aprende a dejarse alimentar, a ser acariciada, cepillada, aprende a caminar con bozal, a aceptar pedidos sencillos, a transportar una carga, a caminar junto a nosotros y junto a otros animales.


 

A partir de este trabajo sobre el vínculo, considerando la multiplicidad de factores que entran en juego para todas las personas que se acercan, trabajamos sobre el cuidado, la protección, el conocimiento, dirigiendo nuestra atención amorosa hacia ellas y estimulando, de modo indirecto, el aprendizaje de nuevos canales de relación también en otros ámbitos de la vida.

 

 

Ésta práctica deviene así en una terapia complementaria de gran valor, apoyando intervenciones terapéuticas en otras áreas, como la psiquiatría, psicología, psicopedagogía y la pedagogía. El método está desarrollado a partir de nuestra propia experiencia terapéutica de más de 25 años de trabajo en el ámbito de la educación especial y la terapia social.

 

 

Por qué hablamos de una terapia de apoyo?

 

El trabajo, tomando como punto de partida la organización o reorganización del universo de percepciones, constituye una propuesta alternativa al camino que bien podemos llamar el de la “estética del ocultamiento” que la vida moderna nos propone y de alguna manera también nos impone.


Ocultamiento causado, entre otras cosas por la velocidad: lo rápido, lo efímero, lo superficial; un agolparse de los estímulos externos produciendo en la conciencia una especie de “empacho”. Todo se oculta, se pierde, se olvida, se esconde ante la aparición incesante de “lo nuevo”, lo mecánico, lo arrítmico, lo motorizado. La televisión, la computadora, el celular (su uso indiscriminado y abusivo): todo rápido, más rápido!, tan rápido que ya no podemos metabolizar las percepciones y mucho menos organizarlas. Todo desaparece dentro del vertiginoso caudal de información desarticulada. No hablamos de una vuelta atrás en el tiempo sino de una búsqueda de desarrollo arraigado conscientemente en el seno de la naturaleza, de un sentido de pertenencia consiente.


El efecto negativo que estos procesos generan en el organismo son parte causante de los síntomas que luego aparecen en otras esferas, desde el déficit atencional, hiperactivo, hasta algunas modalidades de síndromes convulsivos y muchos otros síntomas que son motivo de consulta en diversas áreas de la medicina, de la psiquiatría y de la psicología.


Las impresiones recibidas “rebotan” en la conciencia como representaciones obsesivas o se pierden en la profundidad e inconsciencia de la vida metabólica sin que puedan ser elevadas nuevamente a la conciencia, afectando, por ejemplo, el proceso de la memoria.


El don del habla, una de las más bellas capacidades humanas, se desdibuja paulatinamente por la perdida de articulación y la falta de ritmo. La falta de contacto pleno con nuestra organización sensoria nos lleva a olvidar que el hablar es una función motora sutil, que surge del movimiento del cuerpo, que de apoco aprendemos a conjugar el maravilloso juego entre vocales, consonantes, respiración , ritmo, calor, para luego gozar de este grandioso instrumento puesto al servicio del pensamiento y del vínculo entre nosotros.

 

 

 

 

Es en éste sentido que hablamos de terapia de apoyo a otras intervenciones terapéuticas, acompañando ritmos naturales, participando en ellos en contacto pleno con la naturaleza y con las llamas, siendo ellas el camino que hemos elegido para desarrollar nuestra propuesta; abriendo nuevos canales de percepción o atenuando aquellos que pudieran estar demasiado exacerbados, según el caso.


Aprendiendo a relacionarnos empáticamente recuperamos una posibilidad, adquirimos disponibilidad de respuesta múltiple y creativa, cualidad que podrá ser transferida y aprovechada en otros ámbitos de la vida, apoyando dentro de un proceso global de desarrollo, nuestra incorporación en el mundo que nos rodea, a través del propio cuerpo, facilitando y enriqueciendo la organización del universo perceptual.

 

Aplicaciones terapéuticas:


Para muchas personas, la presencia de un animal de compañía es un factor importante de la salud física y psicológica. Los beneficios son múltiples: desde la simple relajación hasta la disminución del estrés, pasando por el apoyo social o el crecimiento emocional.


La zooterapia se practica en variedad de contextos, como hospitales, centros sanitarios y de mayores, instituciones especializadas en niños necesitados de cuidados especiales, en colegios, centros penitenciarios o como práctica privada.

 

 

Espacio:

 

La actividad se desarrolla dentro de un predio de 80 hectáreas, en un ambiente completamente natural, rodeado de hermosos árboles, vertientes, el canto de los pájaros, el aire puro, la belleza y el silencio. Contamos además, para el trabajo dirigido con un corral hecho de piedra de la zona, amplio y seguro que permite optimizar la tarea y opera como marco de contención.
Las llamas se encuentran en su hábitat natural.


De acuerdo a la edad y posibilidades del participante, el abordaje irá desde el enriquecimiento de la experiencia sensoria, en particular los sentidos inferiores y medios: tacto, cenestésico, vital, equilibrio, térmico, olfato, vista y también el oído, hacia una participación cada vez más práctica, hasta incluir aspectos de las tareas cotidianas de campo.


Paso a paso, quien se acerque, descubrirá el hermoso oficio del” pastor de llamas”, aprendiendo a observar comportamientos y a comprenderlos, a acercarse sin generar ansiedad en el animal, a compartir su espacio, a cuidarlas, asistirlas, arrearlas, guardarlas en el corral, embozalarlas para que aprendan a caminar de tiro, a cepillarlas, a curarlas cuando es necesario, desde un sentimiento de empatía, es decir aprendiendo a “vibrar con el animal”


Todo este trabajo es complementado con la tarea práctica de preparación de vellón, hilado con huso y según el caso, el aprendizaje del hilado con torno de hilar o rueca y el tejido.


La tarea del hilado es complementaria, en términos terapéuticos con el aprendizaje de la técnica de tejido, completando así un proceso de trabajo en el que se integran las intenciones terapéuticas con la armonía en la naturaleza tejiendo relaciones entre el oficio y el arte.

 

Modalidad de trabajo:

 

El trabajo se lleva a cabo en módulos de siete encuentros, en sesiones individuales, una por semana. Durante éste período se logra un primer acercamiento según las posibilidades del participante, quien durante éste lapso obtiene una vivencia de todo el proceso en sus aspectos múltiples.


Finalizado éste primer módulo se realiza una evaluación de lo elaborado y eventualmente proponemos una nueva línea de trabajo de profundización.


Trabajamos en nuestro predio, por las razones antes mencionadas, dadas las condiciones ofrecidas que posibilitan una vivencia más profunda y un contacto más pleno con el animal y su entorno.


En caso de ser indispensable y si existen las condiciones necesarias se puede plantear un trabajo dentro de las instituciones o incluso a domicilio.

 

La propuesta de trabajo que desarrollamos tiene su origen en una intención pedagógica general intensificando luego ciertos aspectos según sea la capacidad sobre la que necesitemos trabajar y orientándolos hacia el ámbito terapéutico, por ello resulta ser una actividad provechosa para cualquier persona que quiera hacer la experiencia.


Entendemos que no existe límite para el conocimiento, sí, en cambio, el condicionamiento impuesto por la propia corporalidad y el límite planteado por el desarrollo humano en el momento actual, desde el punto de vista de la humanidad en general y desde el punto de vista de cada individuo en particular, límite planteado, en parte, por el desarrollo de los sentidos considerados como un organismo en sí.


En la búsqueda de desarrollo humano considerado como entidad sensoria y perceptiva proponemos un acrecentamiento del potencial. Resulta entonces importante complementar la actividad planteada con la práctica en el ámbito del arte, porque éste es el elemento que facilita y estimula el desarrollo de nuevas estructuras en el proceso global de aprendizaje y sostiene los cambios que comienzan a producirse, funcionando como sustrato de contención para las nuevas condiciones emergentes.


Realizamos una tarea que tiende a recomponer la unidad de percepción que todo hombre es o podría llegar a ser, trabajando sobre la capacidad de organización de dichas percepciones ordinarias.

 

Profesor Gustavo Klappenbach


 

 

Desarrollo: